El cuidado de los ojos y de la salud visual es algo que debe preocuparnos (y ocuparnos) durante toda nuestra vida; pero más si cabe a medida que vamos cumpliendo años. Y es que, con la edad, algunas patologías oculares se pueden agravar y se suman a las que van apareciendo pasados los 50 o 60 años. Hoy en esta entrada os vamos explicar cuáles son los problemas oculares más frecuentes con la edad.
La catarata y la degeneración macular, la afecciones visuales más comunes con la edad
A partir de los 65 años (en algunos casos incluso antes en la cuarentena) el cristalino empieza a endurecerse (hasta hacerse opaco) y como consecuencia da lugar a una patología frecuente que es la principal causa de ceguera en el mundo. Hablamos de la catarata. Lo que sucede entonces es que esta parte del ojo al perder elasticidad lo que hace es que las personas con este problema no enfoquen bien los objetos que tienen más cerca de su vista.
Una dolencia que, aunque es menos frecuente que la catarata, también aparece a partir de cierta edad y está vinculada al envejecimiento es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). En este caso, lo que ocurre es que la retina tiene una lesión como consecuencia de la acumulación de sustancias de desecho y es precisamente la mácula la que se ve afectada en este sentido. Dicho de otro modo, a efectos prácticos, un paciente con este diagnóstico experimenta ciertos síntomas como: visión borrosa, oscura o distorsionada.
Pero estas no son las únicas afecciones oculares más frecuentes asociadas a la edad y al paso del tiempo. Tampoco es raro que personas que pasan de los 65 años sufran del síndrome del ojo seco como consecuencia de unas glándulas lacrimales que no funcionan del todo bien.
Lo mejor, la prevención
Algunas dolencias de salud serán inevitables, no solo las que tienen que ver con los problemas oculares más frecuentes con la edad, pero no viene mal cuidarse para proteger (en la medida de lo posible) la vista.
Lo primero y más importante, no solo para lo concerniente a la salud ocular, es llevar un correcto tratamiento en el caso de padecer alguna enfermedad que pueda afectar a los ojos (como, por ejemplo, la diabetes que hemos comentado en líneas previas), así como seguir unas correctas pautas tanto en alimentación como en ejercicio físico. La fórmula perfecta para gozar de un bienestar de lo más saludable.
Buenos propósitos a los que se debe unir este consejo esencial: acudir al médico (en este caso el oftalmólogo) para hacer las revisiones pertinentes y comprobar que todo marcha según lo previsto y las posibles patologías no inciden de forma negativa en la salud visual.
Una visita que sobre todo deber ser más importante si cabe si la persona mayor nota que pierde la visión de forma repentina, observa destellos de luz, visión doble, enrojecimiento ocular o dolor en los ojos.
Además, este profesional le indicará que es recomendable usar gafas de protección solar con filtros homologados, ya que los filtros UV pueden aumentar la incidencia de ciertas patologías asociadas a la edad, como DMAE o degeneración macular.