Es una creencia errónea eso de que los ojos deben cuidarse más en verano por eso de estar en contacto con el sol e incluso con el agua de las piscinas. Nada más lejos. En invierno es tan importante, o más, cuidar de nuestra salud ocular y en Óptica Carrascosa te explicamos los motivos. Y es que con la llegada del frío, sobre todo en un lugar de clima seco, nuestros ojos necesitan todas las atenciones posibles para protegerlos en invierno.
Riesgos para nuestros ojos en invierno
El frío también puede afectar a la salud visual. ¿Cómo? Con las bajas temperaturas es cuando hay más riesgo de que el ojo tenga menos lubricación de la habitual, además de aparecer molestos síntomas y afecciones como es el caso de la visión borrosa, la picazón o el ardor ocular.
Precisamente ese frío y el aire pueden hacer necesario el empleo de lágrimas artificiales para evitar la sequedad ocular, así como protegernos con gafas y parpadear con mayor frecuencia. Lo mismo que como consecuencia de permanecer en espacios cerrados donde está la calefacción puesta.
Que las temperaturas sean bajas no quiere decir que no haya días de sol. Jornadas soleadas en las que este puede hacernos mucho daño a los ojos debido a esos rayos ultravioletas. Por ello es importante no olvidarse del uso de gafas de sol homologadas y de calidad, especialmente si uno se encuentra en zonas de alta montaña o practicando deportes en la nieve donde la incidencia de esa luz solar sobre el ojo es mayor (así como por la altura de esos lugares).
Otro de los riesgos para los ojos en invierno es la ausencia de horas de luz natural, unido al trabajo con pantallas, que hace que los ojos se resientan al estar tantas horas expuestos a luz artificial. Por eso y siempre que se pueda es bueno descansar de la vista de esos aparatos tecnológicos y aprovechar al máximo las horas de luz natural para trabajar sobre todo.