Quizá el título de este post es una pregunta que muchos nos hayamos hecho alguna vez; especialmente si somos apasionados de la natación pero usamos gafas o lentillas. En este último caso es cuando surge la duda de si podemos zambullirnos en la piscina con las lentes de contacto puestas La respuesta es que no y desde Óptica Carrascosa lo explicaremos.
Los riesgos de nadar con las lentes de contacto puestas
Ni meterse en una piscina ni tampoco en un lago, en el mar o ni siquiera para darnos una ducha. En todos estos casos lo mejor es quitarnos las lentillas como recuerdan y recomiendan desde la American Optometric Association. ¿La razón? El agua en su composición puede tener microorganismos que no resulten saludables para los ojos cuando están en contacto con estas lentes y producir infecciones oculares. Se puede producir infecciones facilmente e incluso otros problemas importantes como puede ser la denominada queratitis por Acanthamoeba y que se manifiesta en una inflamación de la córnea. Llegados incluso a casos muy graves puede poner en riesgo hasta la visión.
Sin embargo, salvo ejemplos más llamativos, lo normal es que los síntomas se refieran a infección con ojos rojos y dolorosos, visión borrosa, sensibilidad a la luz, así como un lagrimeo continuo.
Teniendo esto claro, lo mejor para eliminar esos organismos es no usar agua corriente para enjuagar o limpiar las lentillas. Para una correcta desinfección, lo más aconsejable es emplear soluciones específicas para ello. De esta manera, se acaban con estos agentes externos y se garantizan unos ojos sanos.
Sí que es cierto que aquellas lentes de contacto que son desechables diarias pueden llegar a reducir el riesgo de sufrir infecciones oculares. Pese a todo, esto no quiere decir que sean infalibles y que haya riesgo cero a la hora de padecer una infección ocular de este tipo.
Además de esta recomendación, estos especialistas también apuntan entre otras medidas el cambiar el estuche donde se guardan las lentillas cada tres meses o incluso antes si fuese necesario. También es bueno dejar este estuche abierto para que se seque siempre y cuando se laven.
Alternativas a nadar con lentes de contacto
Al bañarnos en el mar con lentillas, otro problema que puede aparecer es que la sal del mar se adhiere a las lentillas por dentro y por fuera, además de que se estropean. El gran problema es que la sal que tiene la lentilla puede rozar la córnea al parpadear y hacer heridas muy dolorosas.
Aparte, en los baños en la piscina, también la lentilla, aparte de poder coger bacterias que luego pasen al ojo, capta los productos químicos que tienen las piscinas para el tratamiento del agua, siendo también perjudiciales para la salud ocular, además de estropear las lentillas.
Ya no solo por el tema de salud, sino que las lentillas tienden a absorber el agua que les rodea, lo que hace que se deformen con facilidad. Eso hace que sean más incómodas y que la visión se vuelva más borrosa.
Por eso, es importante conocer algunas alternativas para nadar con total seguridad y comodidad sin que se resienta la vista. En este sentido se pueden adaptar gafas de nadar con graduación especial para aquellas personas con problemas de miopía, hipermetropía o astigmatismo.