Uno de cada cinco niños en edad escolar puede tener algún trastorno visual como puede ser el astigmatismo, la miopía o la hipermetropía. Resulta esencial, por tanto, saber si tu hijo es uno de ellos y ha llegado el momento de que estrene gafas por el bien de su salud ocular y óptimo rendimiento escolar.
¿Mi hijo necesita gafas? En Óptica Carrascosa te damos una guía para contestar a esta pregunta:
- ¿En alguna ocasión tu hijo se queja de que ve borroso en clase, sobre todo si se sienta en las últimas filas del aula? Pregunta al profesor si él ha percibido esa misma sensación. En su caso puede ser que necesite ocupar una mesa de las de delante para ver correctamente lo que aparece escrito en la pizarra o las explicaciones que da su maestro.
- En el colegio también pueden comentar que no es capaz de seguir una lectura, que se salta frases o palabras. En ocasiones la respuesta se encuentra en un trastorno por déficit de atención, pero también puede ser ocasionado por la vista. Es importante cerciorarse.
- Fíjate si en casa haciendo los deberes, leyendo un libro o viendo la tele se acerca demasiado. Puede que no enfoque bien y necesite acortar esa distancia para ver con mayor comodidad.
- Otras de las señales que nos pueden avisar de que nuestro hijo necesita gafas es que le veas parpadeando o guiñando mucho los ojos, se los frote con asiduidad o haga el típico gesto de entornarlos. También es significativo que incline la cabeza hacia un lado al leer y escribir.
- Es hora de ir al especialista si, además, de todo lo anterior el niño además padece enrojecimiento ocular debido al esfuerzo que hace visualmente.
Por último y cuando ya se haya determinado que el niño necesita gafas, en su óptica de confianza le aconsejarán los mejores modelos para él: cómodas para que no le molesten, flexibles y resistentes (un niño no para…) y con las que se vea bien y le gusten.