Controlar la tensión ocular es más importante de lo que, a primera vista, puede parecernos. No tener un control sobre la misma o descuidar la salud visual puede acarrearnos graves problemas o enfermedades que pueden, incluso, causarnos ceguera irreversible.
¿Qué es la tensión ocular?
La tensión ocular es la presión que ejercen los líquidos intraoculares dentro del ojo, en particular el humor acuoso. Para entenderlo un poco mejor, el humor acuoso es el líquido transparente que se localiza en la cámara anterior del ojo. Este líquido aporta nutrientes y oxígeno a aquellas partes del globo ocular que carecen de riego sanguíneo, es decir, la córnea y el cristalino. Su importancia es, como podemos ver, enorme.
De manera natural, se produce y elimina una determinada cantidad de este humor acuoso. Para que exista equilibrio, esta eliminación y producción debe ser constante y regular. No obstante, hay ocasiones en las que se produce demasiado líquido o bien no se elimina la suficiente cantidad. Estaríamos hablando de un problema de acumulación de este líquido dentro del ojo, y esto es precisamente lo que provoca un aumento de la presión ocular.
En este punto es importante saber que cuando la presión ocular está elevada y no hay asociado ningún daño en el nervio óptico, hablamos de hipertensión ocular. No obstante, en el caso de que la presión intraocular sea alta y se produzcan daños en el nervio óptico, hablaremos de glaucoma.
¿Cuáles son las causas del aumento de la presión intraocular?
Lo cierto es que los especialistas hablan de diferentes causas: anatómicas, funcionales, asociados a fármacos, etc y que pueden ser de origen genético o adquirido.
Podemos decir que existen factores que pueden favorecer la aparición de glaucomas. Estas causas serían principalmente la edad, el tabaco, la contaminación y la mala alimentación.
¿Qué es un glaucoma?
La presión ocular está muy relacionada con el glaucoma. El glaucoma es una enfermedad del ojo que hace que perdamos amplitud en el campo visual de manera gradual. Por lo general se trata de una enfermedad asintomática, por este motivo, en algunas ocasiones, como el ataque agudo de glaucoma, se podría perder la visión de manera repentina e irreparable.
Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. Por tanto, es importantísimo hacer una revisión de la presión ocular cada cierto tiempo, sobre todo si contamos con personas que la han sufrido en nuestra familia. La detección temprana y el tratamiento, pueden preservar la salud de los tejidos de la retina.
Si presentas un riesgo elevado de desarrollar glaucoma, deberías realizarte un examen ocular completo periódicamente y necesariamente a partir d e los 50 años. En el caso de recibir un diagnóstico de glaucoma, es imprescindible seguir cuidadosamente el tratamiento que nos paute el oftalmólogo.
¿Cómo se mide la presión intraocular?
En un examen ocular completo se nos medirá la presión intraocular. Para ello se utiliza un instrumento llamado tonómetro. Este instrumento medirá la tensión de los fluidos que hay en el interior de nuestro ojo.
Los tonómetros que se usan en la actualidad pueden ser de contacto (en el que se palpa directamente sobre el globo ocular) o de no contacto, como por ejemplo el de aire en el que se emiten pequeñas corrientes de aire que se dirigen directamente a la córnea para medir su resistencia ante las deformaciones. La cantidad de aire que se necesite para aplanar la córnea indicará la tensión existente en el ojo.
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