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La importancia de proteger tus ojos del sol

La importancia de proteger tus ojos del sol

  • Por: comunicacion
  • 23 mayo, 2019

El uso de gafas de sol no debe ser solamente un complemento de moda o un accesorio para realizar con más comodidad nuestras actividades, sino una necesidad y una responsabilidad de proteger nuestros ojos. Los efectos dañinos que puede ocasionar el sol en nuestra visión, nos obliga tener unas lentes adecuadas para protegernos ante los rayos ultravioleta (UV).

 

¿QUÉ SON LOS RAYOS UV?

Dentro del espectro de luz no visible, se encuentran los rayos ultravioleta. Existen tres tipos de radiación UV emitidas por el sol:

  • Rayos UVA: estos rayos son capaces de atravesar la atmósfera y son la mayor parte de los rayos ultravioleta que recibimos. Pueden penetrar en la capa exterior y media de la piel causando daños en la retina, perjudicando nuestra visión.
  • Rayos UVB: son parcialmente absorbidos por la atmósfera. Suponen un peligro para la capa externa de la piel ya que pueden producir quemaduras y, también, problemas oculares como el pterigión (aparición de un crecimiento de tejido anormal en la superficie del ojo) y la fotoqueratitis (quemaduras en el ojo). Aumentan el riesgo de patologías oftalmológicas como cataratas y DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad).
  • Rayos UVC: este tipo de rayos no nos preocupan ya que no llegan a la Tierra, porque son totalmente absorbidos por la atmósfera terrestre.

Para protegerse de los rayos UV es importante llevar gafas de sol, incluso en los días nublados. Más del 90% de la radiación UV atraviesan las nubes poco densas.

Las gafas de sol no es la única forma de proteger tus ojos de los rayos ultravioleta; existen lentes blancas (como las gafas de vista o graduado) que tienen la posibilidad de llevar un factor de protección solar, ideal para cuidar tu visión ante los rayos UV en los días de invierno.

 

NIÑOS Y MAYORES DE 45 AÑOS, LOS MÁS SENSIBLES

La visión de niños y de mayores de cuarenta y cinco años es más susceptible a verse dañada por la luz azul-violeta y ultravioleta.

Los niños menores de diez años todavía no tienen los ojos completamente desarrollados, ya que su cristalino y su córnea todavía son muy transparentes, lo que les impide filtrar la luz perjudicial. Cuando las células de su retina reciben una cantidad excesiva de luz azul-violeta, la producción de lipofucsina se acelera.

A partir de los cuarenta y cinco años, el riesgo de padecer enfermedades oculares aumenta porque el sistema de defensa del ojo se debilita, provocando un aumento en la acumulación de la lipofucsina.

La lipofucsina o pigmento de desgaste, es un pigmento de color pardo-amarillento con fluorescencia propia, compuesto por polímero de lípidosy fosfolípidos, derivados de la peroxidación de los lípidos poliinsaturados de las membranas subcelulares. Su importancia radica en que es un signo de vejez celular originado por la acción de los radicales libres.

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